viernes, 4 de mayo de 2012

MOVIMIENTO DE LA DIVERSIDAD SEXUAL. Primera Parte

Nota Informativa:  El Azul en el Arcoiris, reproduce a continuación  el artículo  de María Luisa Calderón Ayala, quien publicara este artículo (de dos partes) en el espacio de los  Analistas Independientes de Guatemala. www.analistas independientes.org


Según Sofía Argüello, socióloga ecuatoriana, para estudiar las formas de articulación de las demandas de los grupos sexualmente diversos con el Estado, las políticas estatales específicas, las formas de acción colectiva, y los repertorios de acción de los movimientos pro diversidad sexual es necesario realizar una arqueología de los escenarios históricos de conformación de las ciudadanías sexuales, que implican además, en estos casos de análisis, desentramar los discursos y las agendas que desde la impronta del neoliberalismo clasifica qué tipo de ciudadano se requiere. 

Esta investigación es parte del curso sobre movimientos y organizaciones e inicia una aproximación a los movimientos pro diversidad sexual. Es un acercamiento básico que empieza con las relaciones conceptuales que fundamentan las identidades de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero y Transexual LGBT, que son la denominación actual que posee la colectividad, pero cada identidad tiene sus propias demandas y organizaciones; para poder entender también las raíces de la discriminación, exclusión y violencia a los que estos grupos se han enfrentado desde los inicios del Estado. Luego, se hizo una caracterización de experiencias en Guatemala y la incidencia que como organizaciones han tenido en las políticas públicas en diversos países; para enriquecer el conocimiento en la experiencia, se entrevistó al director de la Asociación Lambda, una organización con personería jurídica desde el 2010, pero que inicio su trabajo en 2005 como grupo de base comunitaria en el proyecto Unidos de la Asociación de Salud Integral. 

El primer movimiento contra la exclusión política, económica y social basada en un orden simbólico sexual represivo fue el movimiento feminista; a partir de ese momento se inicia una búsqueda mayoritariamente filosófica e ideológica para trascender la dicotomización de la heteronormatividad y los roles de género que impedían un desarrollo pleno del ser humano, para que tuviera la libertad social de escoger romper los esquemas y las expectativas basadas en sexo y la orientación afectiva-erótica, la libertad política de ejercer su ciudadanía y ser incluidos en las políticas gubernamentales, y el libre acceso a oportunidades de empleo y educación para tener una vida digna.


¿Qué se entiende por diversidad sexual?

Con diversidad sexual nos referimos al conjunto de prácticas, percepciones, conformaciones y subjetividades asociadas a la sexualidad, sus dimensiones biológicas, psicológicas y sociales. Este conjunto es resultado de la “combinación en cada persona y en cada cultura de factores biológicos, preceptos culturales y configuraciones individuales, en relación con todo lo que se considere sexual”.1


Entonces, la diversidad sexual es una multiplicidad de deseos y prácticas en las relaciones afectivas y eróticas. Sin embargo, desde la dimensión política y para visibilizar estas expresiones no comprendidas, censuradas o perseguidas, y reivindicar la garantía y promoción de los derechos de las personas que los viven, el término se suele aplicar a las manifestaciones de la comunidad pro diversidad sexual, la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transgénero y Transexual, e Intersexual - LGBTTI. 

Para entender las diversas identidades en la diversidad sexual, utilizamos el siguiente cuadro propuesto por Carlos Iván García para la educación de la diversidad, que explica los sistemas sexual y de género dentro del modelo dicotómico socialmente aceptado, e incluye la orientación afectivo-erótica que se usa para reconocer que no hay un consenso científico de si la atracción afectiva y erótica hacia personas de uno u otro sexo es de nacimiento o un proceso que se construye a través de procesos psicológicos y/o culturales. Según García, el término orientación sexual puede estar únicamente circunscrito al ámbito puramente sexual, por lo que no explica las construcciones de identidades sexuales diversas.






La heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad son categorías contemporáneas, de los 70s, creadas por médicos alemanes, por lo que esa “idea social de que, en razón de su deseo, las personas construyen una identidad específica y se hacen distintas de otras, también es muy nueva”.2 Era una percepción fenomenológica, sólo se veían prácticas sexuales. En las cuales, se debe incluir ahora las prácticas temporales u ocasionales. Otra categoría iniciada en los 70s fue el “Género” que se ha considerado la construcción cultural de la diferencia sexual, en alusión al hecho de que, “sobre la base de la distinción sexual, las sociedades humanas montan una gran cantidad de expectativas de comportamiento y oportunidades de actuación diferenciales entre hombres y mujeres”3.


Los/las transgeneristas o transgénero son las personas que desarrollan una identidad de género contraria a la socialmente esperada por su sexo o que se encuentran en tránsito entre géneros. Por esa razón, con frecuencia se autodenominan como transgeneristas de hombre a mujer o de mujer a hombre; quienes frecuentemente construyen una apariencia corporal en función de su identidad y no de su orientación sexual.


 

(Continuará)



  Pluma Invitada:
María Luisa Calderón Ayala.  
Analistas Independientes de Guatemala




Tomado de: http://www.analistasindependientes.org/2012/04/movimiento-de-la-diversidad-sexual.html

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