Ciudad de Guatemala, 24 de junio de 2012. En la sección "Rostros LGBT en Guatemala", dentro del blog Azul en el Arcoiris, conozcamos a Antonio López, activista gay comprometido con la comunidad y al respeto a la vida:
Es tiempo de quitarnos la máscara
Es tiempo de levantarnos
Es tiempo de una revolución de verdad,
Aunque digan que no
estamos preparados,
No vamos a estarlo si no hacemos algo
El tiempo es ahora, es tiempo de que salgamos.
Amanece en Guatemala
¡Mi tierra! en esta Latinoamérica de oportunidades…
Me llamo Antonio López, alguien que ríe con la sonrisa de un
niño y que llora cuando ve llorar a alguien más. Creo que “Hombre” es aquel que posee valores
personales, que respeta al ser humano en toda la extensión de la palabra.
Considero que un beso perfecto es aquel que me deja sin aliento, con ganas de
más. Me encanta estar acompañado. Desde
temprana edad sentí la necesidad de
ayudar, por eso desde pequeño estuve metido en grupos culturales, en espacios
como el de las teletones, que son muy animadas en los pueblos del país. De ahí
surgió mi proyecto de vida, una visión
integral de querer ayudar. Por ese
motivo me acerque al tema de la
diversidad sexual y desde 1,996 cuando llegue a OASIS, recibí varios
talleres que me permitieron descubrir el gusto de trabajar el tema. A través de esto cumplí parte de lo que soñaba
en cuanto a proyección social. He trabajado en otras organizaciones, como educador, como activista y siempre he tenido tiempo para trabajar por
el respeto al ser humano. Eso me ha traído aquí, a un momento de mi vida en
donde he alcanzado sueños con mi familia, integrada y cercana a mí y que me ha
permitido mantener un balance entre esta, el
trabajo y lo que me gusta hacer. En mi vida personal alcance a
desarrollar mis habilidades relacionadas al magisterio, convirtiéndome
en educador en el tema de VIH. También quise ser locutor y estuve tres años en
un programa de radio. He dirigido diversas actividades y animado varios
proyectos. He alcanzado alguno de mis sueños, pero mis sueños no han terminado,
porque sigo trabajando en ellos, espero algún día conducir un programa de televisión.
Mi día empieza a las cinco de la mañana y a las cinco y
media ya estoy en el gimnasio.
Soy cien por ciento gay,
no uso este término como etiqueta, ni por su significado de
“feliz”, sino más bien, porque para mí
significa REVOLUCION, aceptar tu identidad. Creo que usar el término
“homosexual” es no aceptarte del todo, toda tu identidad. Ser gay encierra toda
tu vida, lo que sos y lo que queres.
Me dedico a mi trabajo, a mi casa, a mi pareja, a mi
familia, de vez en cuando a la iglesia, a mi espiritualidad. Mi espiritualidad
es distinta ya que no es parte de las
reglas de la iglesia, de los sacerdotes o de la jerarquía eclesiástica, eso no
me llena, yo la sustento y la concibo acercándome a mi fe sin pasar por la jerarquía.
Entre mis tristezas están perder a familiares (mis abuelas)
y entre mis tristezas más grandes el
haber perdido a dos amigos por la homofobia en que vivimos. Uno de mis
amigos creció junto a mí, nos conocíamos
desde pequeños y hace dos años le arrancaron la vida. El otro solo tenía veinte
años y también murió por la homofobia. En ello hay mucha tristeza, en el que te
quiten algo, es difícil porque nunca olvidas a la gente.
Como a las ocho u ocho y media llegar a la oficina para
abrir mi correo, veo las cosas que tengo
que hacer o que me están pidiendo. Me dedico al
trabajo administrativo.
He trabajado quince años en temas sociales, de ahí se
desprende todo lo demás, si no tuviera esa experiencia y si no me la
reconocieran, no estaría donde estoy. Por ejemplo PASMO me llamó porque
conocía mi trabajo en OASIS. En PASMO
estuve ocho años y ese espacio me dio la oportunidad de escalar, de educador
fui supervisor y finalmente coordinador de proyecto.
Posiblemente el desarrollarte profesionalmente en esta temática sea llegar a ser gerente de una organización no
gubernamental, pero creo que lo más grande que te da este trabajo es que la
gente te posicione en un espacio y reconozca tu labor, que la gente te ponga en
un lugar especial, aunque tú no esperes agradecimientos por lo que haces, pero
cuando la gente lo hace es muy gratificante, te dice que has alcanzado tus
objetivos de ayudar y de ayudarte a vos mismo.
Al medio día salgo a supervisar actividades. Realizo
diariamente trabajo de campo.
Mi espacio de trabajo es mixto, de oficina y abierto cuando
salgo a supervisar el trabajo de campo. Esto me ha permitido conocer once
departamentos de Guatemala. Aunque vayas por trabajo terminas conociendo
lugares bonitos y pintorescos. A través de Facebook he llegado a conocer a la gente a la que no pensé llegar y con ellas el reconocimiento que llega por
aceptar tu sexualidad, por ser quien se es.
La diversidad sexual en Guatemala no llevaba mucho
tiempo cuando comencé a participar en
ella, a lo sumo cuatro o cinco años.
Después de quince años de trabajo, todavía hay que lograr muchas cosas. Creo
que hemos avanzado y hemos cambiado en algo a la sociedad guatemalteca: Hoy
existen espacios, un poco de respeto, hemos
educado en algo a los padres que no
sabían cómo educar a sus hijos homosexuales.
Hemos promovido de forma
indirecta la educación en el hogar y la escuela. Estamos afectando el
sistema patriarcal y machista. Aunque el tema no está en el currículo de
estudio, hemos aportado en algo.
El movimiento no es débil, pero tampoco fuerte, falta
integración, que todos luchemos por un bien común, que no importa que cada
quien pelee sus propias luchas pero que también sea válido hallar un punto
convergente. Tenemos avances: Hemos logrado mantener el tema de la diversidad
sexual en discusión, contamos con organizaciones legalmente registradas y autorizadas como tal, tenemos
espacios abiertos para dialogar y algunos medios de comunicación están hablando
del tema con respeto. Para mí, un logro
importante es que exista una marcha que visibilice la diversidad sexual, un
tiempo de celebración, de decirme que celebre la vida de ser gay, orgulloso de
serlo, no para mostrárselo a la gente, sino para mí, por todos los días que
tengo en mantenerme en la lucha.
Aún hay obstáculos para la diversidad sexual: El estado,
el gobierno autoritario, patriarcal, religioso y machista
que no legisla desde un punto de vista laico y que se ampara en una religión.
Otro obstáculo es la iglesia que con sus
reglas infunde homofobia desde sus púlpitos, donde se dice que se nos acepta
pero que rechaza la práctica sexual o que no termina e aceptarnos del
todo. Con sus gestos, palabras y
enseñanzas la iglesia le dice a las
personas “Mira, es gay, ¡mátalo!”
Termino mi trabajo
entre las cinco o seis de la tarde, no hay un horario fijo.
Recuerdo que cuando crecía,
no había tanta gente gay en la
calle, OASIS era la única organización en ese sentido. Mucha gente llegaba a
escondidas o tocaba la puerta para que les abrieran rápido y para no ser
identificados. De un tiempo para acá hay más gente del rollo, hay más libertad
en las calles. Aún nos dicen que no es el tiempo, que no estamos preparados
para vivir plenamente nuestra sexualidad, pero nunca vamos a estarlo si no hacemos
algo. El tiempo es ahora, es tiempo de que salgamos. Si Guatemala alcanzó su
libertad en su revolución de 1944, nuestra revolución está por llegar porque es
válida, porque promueve el respeto a la vida, porque aún gente muriendo por no
aceptar su sexualidad, porque la homofobia que hay en los pueblos obliga a
la gente a seguirse casando para no
vivir su homosexualidad, porque aún sufrimos de asesinatos y pérdidas.
Acaba el día, llega la
hora de juntarme con mi pareja e irme a casa.
Tal vez con mis aportes no cambie situaciones globales, pero
si cambio la vida de las personas, la forma de concebirla entre los chicos gay que reconocen que deben llevar una existencia plena. El
salvar una vida no está necesariamente relacionada al VIH, sino cuando las
personas reconocen su homosexualidad,
les quitas los sentimientos de odio contra ellos mismos y hasta evitas
suicidios. Esos aportes pequeños no se ven pero están ahí, quizás no lo veamos,
quizá no sean cuantificables, pero cuando alguien se te acerca y te dice que su
vida ha cambiado te alegra la vida. Y esos aportes afectan no solo la
existencia de estas personas, sino de forma indirecta llegas a afectar la vida
de sus familiares, de su círculo de amigos, de su comunidad.
Enlace con Antonio López
El gordo..... tan activista me parece mi vida, sigue asi que nada te detenga!
ResponderEliminarComo dijera el gran Otto René Castillo:
ResponderEliminarVamos patria a caminar
Yo te acompaño.
Estas acciones son las que harán que algún día podamos ser escuchados y se borren las diferencias eufemísticas establecidas por la obsoleta dicotimía: Masculino-femenino.
Beso,
Jolie.