domingo, 12 de febrero de 2012

Desde siempre Amarilis, por siempre Lesbiana


Desperté a la conciencia cuatro años y medio después de haber nacido. Vine al mundo el once de octubre de 1,968. Esperaría vivir hasta los cincuenta años y estoy convencida de que viviré un año más después de mi muerte en los corazones de los seres que me amaron. Luego de ello moriré en definitiva porque entonces me habrán olvidado.
Entre el lapso de mi vida y mi muerte, he estudiado, graduado, convivido socialmente, reafirmando mi lesbianismo,  vivido mi etapa romántica, aquella donde soñaba que el amor era eterno, tal como lo dicta la norma heteropatriarcal.


Mi auto aceptación no fue difícil, me  he definido desde siempre como  LESBIANA, de hecho uno de mis logros ha sido vivir mi identidad teniendo la oportunidad de decirle a mi familia  quien soy, lo que a su vez me permitió llevar una vida lésbica plena, diciéndole a cualquiera y sin temor: ¡Soy lesbiana!

Amé, amo, pero sobre todo me amaré a mí, a la vida, a lo que he tenido en ella, a pesar de que he sobrellevado historias que me han hecho besar el suelo, entre ellas, el primer amor, que terminó de sopetón (expresión para referirse  que acabo de golpe, instantáneamente).

Hoy creo firmemente que el amor es momentáneo, de un instante. De hecho con el tiempo mi expectativa alrededor del amor va cambiando,  ya no es un desbordamiento de sentimientos, ahora amo con sensatez,  de forma madura.

Considero que pasarán muchas vidas, generaciones enteras para que en Guatemala alcancemos una sociedad respetuosa hacia la comunidad de lesbianas, gay, bisexuales y trans.  Según mi experiencia, las organizaciones (LGBT) no han hecho mayor cosa al respecto. Aún más, siento frustración al pensar  que en mi vida laboral hice algo por la comunidad LGBT y considerar ahora que no hice nada, que quizás solo me estanque, estancando a  la vez mi propia vida.  Por tanto seguiremos respondiendo a lo que suceda en otros países, como Estados Unidos o Brasil, quizás solo así tengamos futuro, lo que suceda allá podría replicarse acá. Si allá ya no sucediera nada, acá tampoco. No veo que el futuro de Guatemala cambie porque seguimos siendo una nación dirigida por poderosos, eminentemente capitalista, racista y lesfóbica. En pleno siglo veintiuno,  Guatemala transmite de generación en generación los mismos conocimientos antes impartidos, somos repetitivos, tristemente en el país el tema acerca de “los valores morales” como elementos asignados, impuestos desde la familia, la sociedad y la iglesia no dejan construir, no dan chance a elegir lo que uno quiere ser, llegar a ser simplemente lo que uno quiere ser.  Repetimos patrones, por ejemplo:  Si la madre es evangélica sus hijos lo serán porque no hay derecho a que estos conozcan otras opciones y que puedan elegir.  Sobre la misma familia, esta no se puede reducir  a papás e hijos. Uno puede conseguir la familia como uno la quiera. Hoy por hoy, la familia y la comunidad LGBT son temas distintos, disparejos, la familia LGBT simplemente no se da.


Cuento entre mis amigos con personas LGBT  que comparten conmigo sus conocimientos. Entre las personas de la comunidad, admiro  a Alex Cuezzi (trans guatemalteca) que se ha dedicado a formarse, teniendo cerrada la carrera de psicología y ocupada ahora en estudiar para abogado y notario. 
Aún poseo casetes (de audio) que ya no uso, ya no tengo con qué, hoy soy solamente  son recuerdos que en su momento tuvieron su valor, tal como los Ipod de ahora. Ahora estos solo sirven para recordarnos que estamos envejeciendo.  No creo para nada en los extraterrestres, es un tema incierto, una falacia, anécdota, nada  indica científicamente que existieran.

No uso las redes sociales porque considero que pierdes intimidad, interés. Se usa solo para “conectar” (refiérase a conocer parejas), a llevar una vida vacía.  Por estar en estas cosas se pierde la sana conversación, porque se tiene que contestar el celular o  estar pendiente del Facebook. Creo que las anteriores generaciones estaban más preparadas porque no había esas distracciones.

Si pudiera hablar con el Papa  (dibuja una sonrisa de picardía), le preguntaría porque la iglesia no puede tener mayor apertura,  ya que no debería juzgar  a nadie, ni sobre lo bueno o lo malo.  Por otro lado, si pudiera hablar con el presidente de Guatemala ¿Crees  realmente que me pondría atención? Está ahí por intereses propios y no por el bien común. Está ahí por intereses de clase, de poder, intereses sociales. Mientras la comunidad LGBT no le genere poder, ahí seguiremos, sin contar.

¿El futuro para Amarilis? Deseo tener una vida tranquila, terminar la universidad, conseguirme un trabajo estable que me permita conseguir mejores condiciones de vida. Y espero tener más tiempo para ello. 


3 comentarios:

  1. Conocí a Amarilis en OASIS y colijo por la entrevista que ya no labora ahí.
    Considero que sus afirmaciones poseen la experiencia vivida en tal organización, su personal vivencia y formación académica.
    Por ello las valoro y concuerdo con ella desde muchos puntos de apreciación y análisis.
    ¡Linda entrevista!
    Jolie.

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  2. Impresionante entrevista.. este espacio me esta sirviendo para darle vida a las miradas que tenemos, no es lo mismo encontrarnos siempre, sino que conocer nuestros sueños intimidades. gran entrevista a mi amiga, querida, complisa, desde una perspectiva poética, podemos seguir pensándonos y analizándonos

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  3. Quienes hemos vivido un prolongado activismo en defensa de la comunidad LGBT, con el tiempo sufrimos cansancio y consideramos que nuestras acciones no han sido lo suficientes para responder a las necesidades de nuestra comunidad. Amarilis se encuentra en un periódo de reflexión, del que saldrá fortalecida para seguir apoyando con convicción la reinvindicación de nuestros derechos humanos.

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